sábado, 22 de septiembre de 2012

Para gustos, los colores.

A veces, la comunicación con el cliente no es tan buena como debiera, y, como para gustos, los colores, pues  no atinamos a la primera. Este es un ejemplo de ello. Se trata de un dormitorio. La primera versión no le gustó y me trajo una revista de decoración y me dijo: "...lo quiero como este." Y me señaló una pagina de publicidad en la que aparecía un dormitorio completo. Para no volver a fallar, que no es cuestión de repetir el trabajo hasta acertar, copié la decoración tal cual, hasta el atrezzo, los colores, todo.
Continué con otros proyectos, y un día, mi compañero Marco me dice que lo ha tenido que cambiar, que tampoco le gustaba. El resultado final es la tercera imagen.



2 comentarios :

  1. Curioso como cambia la misma habitación,con la misma luz y tan diferentes decoraciones,es como si hubiesen vivido tres familias diferentes.Buen trabajo, un saludo

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  2. Hola, Juan Carlos, gracias por tu comentario.
    A ver si nos vemos un dia de estos...
    Un saludo.

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